La mayoría de nosotros los usa todos los días y deseamos que la persona sentada al lado nuestro en el colectivo, cine o tren también lo utilizara, sobre todo en verano. Se trata de los desodorantes y antitranspirantes. Estos productos que nos ayudan a controlar la transpiración y el aroma corporal, son casi obligatorios, ¿pero alguna vez te preguntaste cómo funcionan después de aplicarlos en nuestro cuerpo? Te lo explicaremos a continuación.
Desodorantes y antitranspirantes ¿Cuáles son las diferencias?
Antes de empezar hay que explicar que desodorantes y antitranspirantes no son lo mismo, sino que estos productos de higiene tienen diferentes roles.
Los desodorantes actúan sobre la transpiración y eliminan las bacterias causantes del mal olor. En resumen, vas a transpirar, pero no con mal olor.
El caso de los antitranspirantes es diferente, ya que tienen dos funciones. Evitar elexceso de sudor y neutralizar el poco que se genere para eliminar el mal olor causado por las bacterias presentes y que nos dan ese terrible olor corporal.
Ahora que conocemos sus diferencias, queda saber cómo funciona cada uno luego de aplicarlos en en el cuerpo, ya sea en barra, gel, aerosol o cualquier otro método.
¿Cómo funciona un desodorante?
Saliste de la ducha, te preparas para vestirte y en tu rutina está aplicarte desodorante en las axilas, sobre todo en verano. En las axilas tenemos alrededor de 50 mil glándulas sudoríparas, las que son del tipo apocrinas, es decir que secretan sudor oloroso. Este queda atrapado en nuestra axila y, combinado con las bacterias de la piel y aquellas presentes en la transpiración, provocan mal olor.
Al aplicar un desodorante, lo que hacemos es que la piel sea demasiado ácida o salada para que las bacterias que vienen con el sudor puedan actuar y, por ende, provocar olor corporal en la zona. Igualmente vas a transpirar, lo que evitas es el olor.
¿Cómo funciona un antitranspirante?
A diferencia de los desodorantes, los antitranspirantes actúan en dos frentes: reducir la transpiración y atacar el olor que podrían provocar en el sudor que si sale desde nuestras axilas u otras partes del cuerpo.
Su principal componente son las sales de aluminio, junto a otros derivados del mismo mineral. Una vez aplicado en las axilas, los iones de aluminio se adhieren a piel que cubre las glándulas sudoríparas de la zona, impidiendo que el liquido (sudor), pueda pasar a través de ellas.
Cuando las glándulas ya se llenaron de sudor sin secretarlo, dejan de intentar que salga. El sudor que logró salir, es neutralizado gracias a su efecto desodorante, que termina con las bacterias que le dan ese olor tan desagradable.
Tanto el desodorante como el antitranspirante son seguros de usar y, al bañarnos los eliminamos de nuestra piel. Cada producto, debe cumplir con especificaciones por parte de la FDA antes de salir al mercado.
Si bien está el mito de que su uso puede causar cáncer de seno, no existe ningún estudio que lo pruebe. Además, su uso no impide que el cuerpo se refresque, ya que otras glándulas sudoríparas hacen ese trabajo.
Si eres de los que transpiran muchísimo o realzan grandes cantidades de actividad física, un antitranspirante te será más útil, pero si solo quieres neutralizar olores y no transpiras demasiado, estarás bien con un desodorante.